
Hace un año, el presidente Javier Milei afirmó con pecho inflado: “jamás habrá faltante de gas en la Argentina”. Pero la realidad golpeó fuerte este invierno: cortes por emergencia, gas importado pagando dólares y miles de millones fugándose de los bolsillos argentinos para priorizar un plan basado en superávit y exportaciones energéticas.
1. Exportaciones sí, abasto interno no
– El Gobierno se volcó a exportar gas natural licuado (GNL), firmando acuerdos con Eni y Shell para vender a Europa desde Vaca Muerta, buscando atraer divisas y cumplir con el FMI
– Resultado: en junio las autoridades debieron interrumpir envíos a industrias y estaciones de GNC para priorizar las viviendas
2. Inversiones frenadas y obras paralizadas
– El plan “déficit cero” implicó parar obras públicas claves: plantas compresoras del gasoducto GNK quedaron a medias, duplicando la necesidad de importar gas y generando un gasto extra de casi 500 M USD.
– El famoso Gasoducto Norte quedó truncado por “inoperancia” y falta de licitación: la reversión del ducto podría haber ahorrado 3 000 M USD, pero nunca avanzó
3. Planificación cero, precio altísimo
– Se acreditan la herencia “trucha”, pero el propio secretario de Energía admitió que subestimaron el invierno (~55 % más demanda) y recortaron importaciones de GNL sin terminar infraestructura crítica
– Resultado: hogares con gas bajo cero, industrias frenadas y tarifas que se dispararon un 450 %
4. Un sistema que apuesta al lucro y no a la gente
Bajo la lógica machetesca de ejecutar obras solo si son rentables al instante, el Gobierno eligió un sistema organizado para que unos pocos (YPF, Eni, petroleras) ganen dinero y se aseguren contratos de exportación, mientras el resto del país sufre cortes, frío y facturas altísimas.
Este modelo privilegia al que ya tiene: primero exportar, después ajustar, tercero prometer. Y en todo ese camino, las necesidades básicas de la gente se quedan con lo que sobró… si es que alcanza.
La pregunta es fuerte: ¿un país organizado para ganar dinero rápido o para asegurar lo elemental? Al ritmo que vamos, pareciera que las prioridades no están bien puestas.